martes, 14 de mayo de 2019

RESUMEN DE "LA TIRANÍA SIN TIRANOS"

LA TIRANÍA SIN TIRANOS

PREÁMBULO (Individualismo, ternurismo, tiranía)

Se parte de la etimología de la palabra “idiota”, que vendría a ser algo así como “egocéntrico, individualista”.
De ahí pasa a hablar de la ternura y nos dice que, si bien en el pasado el poder se defendió mediante la fuerza, en la sociedad actual  aplica la ternura, el buenismo, el sentimentalismo, para imponer sus intereses haciendo creer al individuo que todo se hace por su bien.
Quizá los tiranos seamos nosotros por conformarnos con nuestros intereses individuales en detrimento de los colectivos.


LA DEMOCRACIA COMO CERTIFICADO DE CALIDAD (Populismo, soberanismo)

En algunos países autoritarios del pasado ciertos líderes han conseguido perpetuarse en el poder rediseñando las normas como en China o en Rusia. En este país, Putin gracias al populismo (un manto de ternura) y una supuesta democracia.
En USA, como antes en Italia, han llegado al poder políticos-empresarios y en otros países mediante las sagas familiares se perpetúan en este.
Reino Unido, con la victoria del Brexit, prefiere su independencia a un acuerdo colectivo (UE),  que está peor visto por las fuerzas políticas más populares (populistas).  De ahí, que haya una vuelta al individualismo nacional (soberanismo).  Los regímenes totalitarios han fracasado por no destruir la familia, territorio donde reina la ternura, una ternura monstruosa que lo puede justificar todo.

LA TERNURA FRENTE AL MAL  (Autoritarismo, justicialismo de las redes sociales)

Ciertas fuerzas políticas intentan endurecer la legislación de una manera sutil y, sin embargo, no lo presentan como castigo o venganza, sino alimentando la ternura por las víctimas; reciclan el dolor de esa víctima en autoritarismo.
Las redes sociales nos vuelven protagonistas a costa de someternos a un control voluntario y cuando alguien es visto como culpable es denigrado públicamente en estas redes.

EL PÁNICO A LA MALA REPUTACIÓN  (Soberanismo, referéndum)

Lo virtual ofrece inmediata satisfacción de nuestros deseos, pero, al mismo tiempo, facilita el acoso, el pánico a ser vilipendiados.
Regresan los individualismos nacionales (casos de Alemania, Israel, Turquía o Polonia).
La historia se decide por mayoría. Todo se decide por referéndum.
Se pretende a veces reparar la historia (memoria histórica), pero es solo pura cosmética.


COSMÉTICA DE LA TERNURA  (Soberanismo)

Se comenta de nuevo la vuelta al individualismo, al encerrarse en la patria (muros) para aislarse de los emigrantes que llegan en pateras.

LOS TIEMPOS SE SUPERPONEN  (Soberanismo, individualismo)

Al autor le sorprende que las sociedades avanzadas en derechos humanos nieguen estos a los refugiados políticos, campos de tortura, drones de guerra.
Para calmar esta culpa, a veces se salva a un niño, con la ayuda de las ONGs, pero luego se fabula que son delincuentes en potencia, que jamás se integrarán.
El juicio ajeno lo hacemos con generalizaciones y exigimos que el nuestro sea individualizado. (Caso de Aylan y caso de Colonia) La gente esperaba una señal para renunciar a la ternura (Merkel pierde votos, triunfa AD).
A veces la sociedad se apiada de los inmigrantes más desfavorecidos, pero para restablecer la imagen de enemigos de Occidente los medios  muestran escenas de violencia, destrucción, etc.

ESCUELA DE SOBREACTUACIÓN  (Falta de privacidad)

Nos autodisculpamos con la sobreactuación posterior.
Pasa a hablar de cómo las redes sociales y el teléfono móvil han aniquilado nuestra privacidad y, por ende, independencia.

APARICIÓN DEL PÚBLICO  (Populismo, mercantilismo, cultura-basura)

La democracia está unida a la satisfacción del cliente, le ofrece una opción distinta.
Un día, las élites artísticas perdieron su potencia frente a la potencia de lo popular: el público no se equivoca (triunfa el mercado- la taquilla- frente al arte).
Los estudios de mercado se comportan como verdaderos censores, suprimiendo la creación individual frente a los cánones impuestos.
Con la llegada de Internet,  ganó por goleada la pornografía, luego los vídeos gore (crueldad) y en tercer lugar, para perdonarse, la ternura de bebés, gatitos, etc.

MEDIR LA FIEBRE  (Competitividad, mercantilismo, poder de las encuestas)

La competitividad del deporte se impuso en el mundo de la cultura, presuponiendo que todos estaban en igualdad de condiciones.
El medidor determina el producto.
En lo laboral, se valora al emprendedor triunfante en detrimento de los derechos de los asalariados.
En lo político, las encuestas se han convertido en la única ideología que los políticos respetan. (La última vez que los políticos dieron la espalda fue en la reunión de las Azores para invadir Irak).

LA MAYORÍA NO PUEDE EQUIVOCARSE  (Resultadismo, privatización)
La estadística condiciona el arte, la política, la moda y la educación: rankings de centros educativos (e incluso una jerarquía de países).
El último informe PISA apuntó que en España funcionaban mejor las clases con pocos alumnos y  de diferentes niveles. Hay que tener en cuenta los condicionantes.
El resultadismo es un cáncer que ataca la integración, pluralidad, igualdad.
Lo mismo sucede con la sanidad, medida por las listas de espera, de ahí que se prime a los médicos solo por su velocidad; por tanto, la sanidad pública tendrá siempre peores resultados que la privada y algunas autoridades intentarán sustituir la pública con la privada. Aunque sabemos que el tratamiento de una enfermedad grave puede suponer en USA la bancarrota familiar, en Europa no nos damos cuenta.
También con las pensiones, se potencia su privatización.
Las encuestas además pueden ser manipuladas.
Lo mismo sucede en el ámbito del transporte público y privado. En lugar de favorecer el transporte público, se favorece el coche eléctrico y se encarece el acceder al centro de las ciudades, lo cual supone una discriminación económico-social.

EL EGOÍSMO COMO OPORTUNIDAD DE NEGOCIO (Comodidad del usuario, degradación laboral)

El egoísmo que ha afectado a la industria hotelera, al sector del taxi, a los artistas (piratería en internet), a las tiendas, tiene una coartada: la comodidad del usuario; pero puede suponer la mayor degradación de las fuerzas laborales de los últimos cien años (salarios de miseria, pseudoesclavos).

EL REGRESO A LA PLACENTA  (Individualismo, incomunicación)

La búsqueda de la comodidad extrema ha hecho que el ser humano se encierre en su casa y lo gestione todo desde esta: comprar por internet, visitas médicas, las relaciones sexuales. El ahorro de tiempo se ha convertido en la excusa perfecta del despotismo.
Humorísticamente dice que serán las impresoras 3D las que resolverán las carencias afectivas.
La robotización no solo provoca la pérdida de empleos, sino la pérdida de interlocutor (tutoriales, locutorios de compañías telefónicas).

CONTRA EL CALENDARIO BIOLÓGICO  (Defensa de lo natural, incomunicación)

La gestación subrogada posibilita saltarnos toda norma vital, pero da carta blanca para abusar laboralmente de las mujeres.
El autor no ve la necesidad de los homosexuales de casarse ni de tener hijos.
La esperanza de vida ha generado un elevado número de pensionistas cuyo dinero es absorbido por empresas privadas geriátricas.
Termina el capítulo hablando de los controles a distancia (pulseras de los abuelos, alarmas, móviles de los niños, etc.) que generan una ficción de cercanía que le preocupa, pues terminaremos reuniéndonos en Navidad por vídeoconferencia.

EL DÍA DESPUÉS DEL APOCALIPSIS  (Catastrofismo)

El discurso apocalíptico caracteriza a las personas que biológicamente se acercan a la extinción. Pretenden hacernos creer que su decrepitud es la decrepitud del mundo.
Los discursos apocalípticos se contrarrestan con la indiferencia a largo plazo (vacas locas).
Otros problemas futuros: cambio climático, los jóvenes vivirán peor.
Los jóvenes sin alas son muy útiles.
Jóvenes con móvil: hipercomunicación como aislamiento.

NO FUTURO  (Individualismo, seguridad ciudadana, solidaridad)

Hay que ilusionar a las futuras generaciones y nuestra visión apocalíptica no les sirve.
¿Lo virtual puede sustituir a lo real? ¿La satisfacción personal puede sustituir a la satisfacción de dar satisfacciones a otros? ¿El solipsismo y aislamiento dan más felicidad que la justicia colectiva y el rigor moral?
El fundamentalismo individualista lleva a la anulación de las necesidades sentimentales, del amor.
Nos aislamos del mundo como si fuésemos famosos, aislados y temerosos; entonces el Estado regresa para darnos la seguridad y la promesa de confort en una mansión llamada patria, que es un conjunto de diferencias y disparidades.
Las nuevas tecnologías han avanzado, pero no ante  la desigualdad, el drama migratorio, la degradación ecológica (queda fuera de su modelo de negocio). Nuestra labor es la de redirigirla hacia esos problemas.
La respuesta social ante la austeridad ha siso aprovechada por los buitres para presentar su utopía de conveniencia.
Quizá el tirano seamos nosotros.


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