martes, 9 de abril de 2019

"EL CHICO DE LA ÚLTIMA FILA", DE JUAN MAYORGA.

1. TEMAS

1.2 TEMA DE LA CREACIÓN LITERARIA

El tema principal es el de la creación literaria en relación con diferentes elementos de la narración tales como tema, trama, personajes, narrador, modos de la narración, lenguaje e incluso título.


a) TÍTULO

El profesor considera el título un elemento fundamental, pues implica un pacto entre escritor y público, un indicio, un avance sobre lo que versará la obra:

El título. El título compromete. El título establece un pacto con el lector. El título le orienta acerca de qué ha de valorar, en qué ha de fijarse: “Guerra y paz”, “Los hermanos Karamazov”... ¿Qué tal “El chico de la última fila”?

b) TEMA

Germán, en su discusión con Juana sobre la función del arte, sostiene que el arte ha de servir para algo, ha de enseñar ( el arte en función social, utilitarismo, didactismo – el “Quid verum, quid utile-“ de Jovellanos), mientras su mujer defiende una visión más vanguardista del arte, este tiene un valor en sí mismo (arte por el arte).

Juana- No sé qué pretendes.
Germán- Enseñarle.
Juana- ¿Enseñarle qué?
Germán- Literatura. Y, a través de la literatura, otras cosas. Juana- La literatura no enseña nada.
Germán- Ah, ¿no?
Juana- “Bartleby el escribiente”. Lo llevaba en el bolsillo aquel chalao, el que mató a John Lennon. ¿Qué le enseñó la literatura a ese loco?
Germán- El asesino de Lennon llevaba “El guardián entre el centeno”.
Juana- Da igual. Lo que importa es que la literatura no enseña nada. No nos hace mejores.
Germán- Educan más tus exposiciones. La gente sale de tus exposiciones muy cultivada. Si es que consiguen encontrar la salida.
Juana- Tampoco mis exposiciones. El arte, en general, no enseña nada.

En el caso de la redacción de Claudio, parece que la idea central podría ser la crítica de una familia convencional, empezando por el mismo concepto de familia.

Juana- (…) Ella rajando al teléfono y el padre sintonizando el televisor de plasma mientras el hijo le lee las instrucciones... en francés, porque no encuentran las otras, aunque no saben francés... ¿Intenta decirnos que sus vidas son absurdas? Son una familia normal.
Germán- ¿Hay una familia “normal”? ¿No hay algo anormal, monstruoso incluso, en el concepto mismo de familia?
O aquí:
Germán- (A Claudio.) ¿Qué es lo siguiente? ¿Verlos criticar a los vecinos? Ya sabemos de la infinita mezquindad de la clase media. Ya se sabe que la clase media es fea, banal, estúpida.

c) TRAMA

En toda historia tiene que haber un conflicto:

Germán- No se lo voy a enseñar a nadie, pero si alguien lo leyese como una novela... Se echa de menos... Falta incertidumbre. Conflictos.

Un héroe desea algo y tiene que superar dificultades y a veces surge un antagonista (guiño a las funciones de Propp) Otras veces el conflicto está dentro del propio personaje, no está a gusto con el mundo ni consigo mismo.

Germán- Un personaje desea algo y desarrolla estrategias para realizar ese deseo. Pero le surgen dificultades. Le salen al paso rivales, enemigos. Antagonistas. Ulises desea volver a casa, pero el cíclope quiere matarlo, la ninfa se enamora de él y lo secuestra, las sirenas lo hipnotizan con su canto... A veces el conflicto no es del héroe contra otro, sino consigo mismo.

Claudio- Usted dijo que tenían que pasar cosas. Un personaje desea algo y le surgen dificultades. Conflictos. Que el lector se haga la pregunta de oro: ¿qué va a pasar?

Más adelante, Germán sigue cuestionando algunos personajes por la falta de conflicto:

Germán- Todo esto del chaquetón, ¿qué aporta a la trama? Si quitamos esta escena, ¿qué se pierde? A menos que... ¿Intenta Claudio aproximarse a Rafa Padre? Sí, eso es, está intentando acercarse a él.

Por otro lado, el narrador tiene que llevar la acción de manera discreta y, de golpe, sorprender al lector, introduciendo un acontecimiento inesperado:

Ése es el secreto de una buena escena: llevar la acción mansamente y, de pronto, golpear al lector.

Sin llegar, eso sí, a la manipulación sentimental:

Germán- Esa radiografía... Espero que no nos salgas con un cáncer o algo así. De todas las cosas que odio, la que más odio es la manipulación sentimental del lector. Buscar las lágrimas del lector: no hay nada más despreciable.

Pues, ante todo, el conjunto de la historia ha de ser verosímil:

Germán- No, no es verosímil. Lástima, porque la imagen tiene fuerza: Claudio moviéndose de noche por la casa, como un ángel o un vampiro, mientras ellos duermen. Tiene fuerza, pero no es verosímil.

Y, a su vez, distingue el concepto de “verosímil” del de “verdadero o real”.

Claudio- No será verosímil, pero es verdad. Es lo que pasó. Germán- Si no es verosímil, no vale, aunque sea verdad.

Por último, toda historia necesita un final, un final inesperado para el lector, pero que a este, al final, le parezca obvio y que no lo deje indiferente:

Germán- Pero no puedes dejarlo así. Tienes que darle un final.
Claudio- Elija. Opción a: Claudio se escapa con Ester. Opción b: Claudio mata a los Rafa y se queda con Ester y con la casa. Opción c: los Rafa matan a Claudio. Opción d: Ester quema la casa con los tres tíos dentro. Elija uno y escríbalo usted mismo.
Germán- Claro que lo haré, si tú no lo haces. ¿Sabes cuáles son las dos características de un buen final? El final ha de ser tal que el lector se diga: no me lo esperaba y, sin embargo, no podía acabar de otra manera. Ése es el buen final. Necesario e imprevisible. Inevitable y sorprendente. Tienes que encontrarlo, un final que reconforte al lector o que lo deje herido. ¿O es que no te atreves? ¿No te atreves a acabar? ¿Prefieres que lo haga yo?

 Y precisamente así, de manera sorprendente e inesperada para Germán, acaba la obra:

Germán- No vuelvas a acercarte a mi mujer. Si vuelves a acercarte a ella, te mato.
Claudio- Desde que lo conocí, tuve ganas de ver cómo vivía. Desde la primera clase. ¿Cómo será la casa de este tío? ¿Quién podría vivir con un tipo así? ¿Habrá una mujer lo bastante loca, una tía tan loca que...?
(Germán da una bofetada a Claudio. Silencio.)
Claudio- Ahora sí, maestro. Es el final.

d) PERSONAJES

Ante todo, para Germán son importantes los nombres de los personajes:

Germán- Se nos fue el santo al cielo discutiendo sobre los nombres. A mí no me dicen nada esos nombres: Ester, Rafa... Aparte de la confusión entre el padre y el hijo. Pero ya sabes lo cabezota que se pone: “Es así como se llaman”...  

Los personajes han de ser reales, al mismo nivel que el narrador, de igual a igual, sin caricaturización:

Germán- Está bien, incluso bastante bien. Si todo lo que pretendes es que la gente se ría de tus personajes. Pero ése es un objetivo bajo. La primera pregunta que debe hacerse un escritor es: ¿Para quién escribo? ¿Para quién escribes tú? Es muy fácil sacar a luz lo peor de cualquiera, para que la gente mediocre, sintiéndose superior, se ría de él. Es muy fácil agarrar a un personaje y mirarlo por su lado más ridículo. Lo difícil es mirarlo de cerca, sin prejuicios, sin condenarlo a priori. Encontrar sus razones, su herida, sus pequeñas esperanzas, su desesperación. Mostrar la belleza del dolor humano, eso sólo está al alcance de un verdadero artista.

 Germán- (A Claudio.) ¿Qué es lo siguiente? ¿Verlos criticar a los vecinos? Ya sabemos de la infinita mezquindad de la clase media. Ya se sabe que la clase media es fea, banal, estúpida. También lo era la aristocracia rusa, pero Tolstoi se las arregló para escribir “Ana Karenina”. Y Dostoievski, ¿sabes el secreto de Dostoievski? Hacer de personas vulgares personajes inolvidables. Pero si lo que tú quieres ser es un caricaturista... ¿Es eso lo que quieres ser, un caricaturista?
Claudio- Usted dijo que los mirase de cerca. Cuanto más de cerca los miro, es peor. Escribo lo que veo.

En otro momento, añade que los personajes han de tener un valor en sí mismos, no han de ser una excusa, un apoyo para otros:

Cada personaje tiene que ser indispensable, Rafa sólo existe como soporte de Claudio.

e) NARRADOR

Germán no propone un narrador omnisciente sino objetivo (técnica conductista o behaviorista):

Y ese afán por contarlo todo. Confía en el lector, él completará. Evita describir los estados de ánimo de los personajes, haz que los conozcamos por sus acciones. Me sigue preocupando Rafa, el chaval. (…) Pero no sólo él, también Ester y Rafa Padre son sepultados por la voz del narrador. Tú no eres tan interesante, apártate para que podamos verlos a ellos.

f) MODOS DE LA NARRACIÓN

El profesor está en contra del monólogo interior y de la novela de corte experimental:

Claudio- La Filosofía me da sueño. Cierro los ojos. Aristóteles. Familia. Destrucción. Zerstorung. Alemania. Grecia. China...
Germán- ¿Qué demonios es esto?

Claudio- La conciencia de Claudio. Un monólogo interior.
(Silencio.)
Germán- Así que lo has encontrado: James Joyce. Nadie ha hecho tanto daño. Esas escombreras de palabras, ¿es eso la conciencia? El arte debe iluminar el mundo, no extender la confusión. El siglo veinte: dos guerras mundiales y James Joyce. No todo el siglo veinte fue terrible, está Kafka, y Thomas Mann. Pero Kafka más Thomas Mann no valen un párrafo de Dostoievski... James Joyce: no lo encontrarás en mi biblioteca.

g) LENGUAJE

Germán aconseja a Claudio evitar los símbolos y un lenguaje almibarado:

Germán- “Me la imagino bailando en el parque, con los pies descalzos, sobre las hojas amarillas del otoño”. Cuando escribiste esto, ¿acababas de zamparte un bote de melocotones en almíbar? La manzana, ¿es un símbolo?, ¿un puto símbolo?, ¿o es sólo una manzana? “Los pies descalzos”, “las hojas amarillas”... ¿Quieres acabar de redactor de catálogos de arte?

De todo ello deducimos que el ideario del profesor sobre la creación literaria se basa en un canon clasicista (verosimilitud, contención en el lenguaje, didactismo, etc.) y realista (su preferencia por realistas rusos como Dostoievsky o Tolstoi).

1.3 TEMAS SECUNDARIOS

EL ARTE CONTEMPORÁNEO.

Como ya hemos indicado antes, Juana y Germán representan las dos concepciones diferentes del arte, el arte en sí mismo y el arte en función social.
Para Germán el arte ha de ser didáctico, mientras que Juana considera que este no enseña nada, una concepción más cercana a los vanguardismos, al arte como mero juego.

LA MORALIDAD DEL ESCRITOR EN CUANTO A LAS FUENTES DE INSPIRACIÓN.

En este ámbito, Juana representa, desde el primer momento, la conciencia moral y crítica ante el hecho de que Claudio se sirva de la familia Artola como fuente de inspiración; en cambio, a Juan esto no le parece mal sino que, al contrario, anima a Claudio a seguir indagando en la familia; pero, sorprendentemente, al final, él termina indignándose cuando su privacidad es violada por este.

VISIÓN CRÍTICA DE LA CLASE MEDIA ACOMODADA

Este podría considerarse el tema principal de la narración de Claudio y no deja de ser otro de los temas secundarios de la obra de Mayorga.
Claudio, al provenir de una clase social baja (en un momento escribe que a Rafa no se le ocurriría pisar su barrio) y de una familia desestructurada, envidia a los Artola y es ese odio social el que lo estimula a criticar a la clase media acomodada.
Aunque Germán reprocha a Claudio la caricaturización de sus personajes, esta es aprovechada por el autor para ridiculizar a una familia de clase media, supuestamente normal, tan normal y feliz que termina resultando de una armonía empalagosa, como si se necesitase una transgresión para romper con dicha insoportable normalidad.
En cierto momento, da la impresión de que esta transgresión está a punto de producirse, justo cuando Claudio va a seducir a Ester, pero entonces la narración se detiene ante el consejo de Germán de evitar caer en soluciones fáciles y manidas al estilo de la película El graduado.
Se ridiculiza la superficialidad de la familia, especialmente en sus gustos. Se sirve del baloncesto y de lo chino para caricaturizarlos.  El baloncesto que une a los integrantes masculinos de la familia, llegando a utilizar metáforas deportivas a la hora de expresarse; en tanto que el interiorismo ocupa los momentos de ocio del personaje femenino.
La presencia de China y de lo chino en el ámbito familiar, principalmente por razones laborales, es también otra fuente de caricaturización o al menos de banalización de la familia.
También contribuyen a la caricaturización las lecturas de autoayuda que reposan sobre las mesillas de noche, los cuadros de Klee que cambiarán cuando cambien el color de las paredes o los libros de la estantería ordenados por tamaños.

LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA

Germán, un profesor apasionado por la literatura, se enfrenta a la abulia adolescente, al desdén por el aprendizaje, a la desgana arrogante, a la ausencia absoluta de esfuerzo de sus estudiantes, hasta el punto de confesar a su esposa mientras corrige las desoladoras tareas escolares: “Los catastrofistas pronostican la invasión de los bárbaros y yo digo: ya están aquí. Los bárbaros ya están aquí, en nuestras aulas”.

2. ARGUMENTO

Germán y Juana son un matrimonio maduro sin hijos, él es profesor de instituto y ella trabaja en una galería de arte contemporáneo cuyas dueñas están a punto de cerrar ya que no es un negocio rentable. Durante las primeras semanas del curso, Germán manda a sus alumnos hacer una redacción que narre qué han hecho durante el fin de semana, entre todas las redacciones sobresale con diferencia la de Claudio, que se sienta en la última fila. En su redacción cuenta cómo proponiéndole un intercambio de clases particulares a Rafa Artola, un compañero de clase, ha podido entrar en su casa y conocer a su familia, algo que le había tenido obsesionado durante todo el verano mientras los observaba desde el parque. A Juana no le parece bien ni el hecho ni el tono utilizado e insta a su marido a hablar con el alumno y aunque Germán lo hace se siente atrapado por la capacidad del chico, y este, como en un juego, decide continuar la redacción y por tanto su relación con la familia de Rafa. Tal es, por una parte, la admiración que Germán siente hacia el chico como por otra, su afán de sentir que su labor didáctica sirve para algo, que a través de una complicidad no manifiesta permite que Claudio vaya creando una narración sobre la vida de los Artola y los manipule para que el texto se vaya adaptando a los requerimientos que, según Germán, una buena novela necesita (profundizar en los personajes, factor sorpresa, conflictos, un buen título, la necesidad de un final necesario e imprevisible…). Lo que no sabe Germán, pese a la inquietud de Juana, es que inconscientemente ha entrado en un juego en el que él es un peón más del afán de Claudio por inmiscuirse y reescribir las vidas ajenas, y que este no solo está interesado en la historia de los Artola sino también en la él.


3. ESTRUCTURA

3.1 ESTRUCTURA EXTERNA

En cuanto a su estructura externa, llama la atención la falta de división de la obra en actos o escenas, se nos presenta como un todo continuo.
Las acotaciones no marcan necesariamente los cambios de escena. A veces una misma acotación hace referencia a dos escenas diferentes.
Además, hay saltos constantes entre unos personajes y otros, entre unos espacios y otros, incluso se entremezclan, lo que da como resultado una estructura muy dinámica. A no perdernos en este maremágnum de cambios nos ayudan los nombres de los personajes que hablan, son ellos los que nos permiten saber en qué espacio estamos en cada momento, algunas acotaciones también lo hacen.
La primera vez que aparece un salto, porque la obra empieza separando bien los espacios, nos produce cierto extrañamiento, pero el autor logra que el lector se habitúe rápidamente y este efecto, además de conferirle el dinamismo del que hablaba, hace que el conjunto resulte muy interesante.
El punto de arranque o planteamiento inicial lo encontramos ya en las dos primeras páginas, Germán ha leído la redacción de Claudio, le ha gustado y le ha puesto un 7, Juana también la lee pero no entiende cómo a Germán no le preocupan los matices que la narración contiene… Los conflictos principales surgen cuando el chico entrega la segunda redacción, porque es a partir de ahí cuando Germán consiente, cuando Germán entra en el juego. A partir de ahí el clímax va in crescendo, la trama se va complicando, hasta llegar al punto de giro: “ni siquiera la lluvia baila tan descalza”, eso es lo que pone en la nota que Claudio le pasa a Ester, la madre de Rafa, esa nota es el detonante que inicia el desenlace.
El núcleo significativo lo encontramos al final del texto. En una primera lectura el final puede parecernos sorprendente, pero si leemos de nuevo el texto veremos que este nos va guiando, argumentando y detallando ese final, trabado y cerrado, ya no tan imprevisible. Por ejemplo, cuando Germán le plantea la posibilidad a Claudio de hablar con su padre, este le responde “Mi padre no es un personaje de esta historia. Mi padre no sale”, es evidente, en una segunda lectura, que Claudio no se refiere a la historia narrada de los Artola, sino a la de Germán.


3.2 ESTRUCTURA INTERNA

La trama es lineal, sigue un orden cronológico.
Si consideramos que dentro de la obra encontramos dos ámbitos claramente diferenciados, el del profesor con su mujer y el de Claudio con la familia Artola, podríamos decir que el escritor pone en práctica una técnica de contrapunto en su estructura interna. Por otro lado, la relación entre Germán y Claudio sirve para conectar ambos ámbitos.
Por tanto, podríamos hablar de los tres ejes siguientes: Germán-Juana, Germán-Claudio y Claudio-Familia Artola. Este último es el eje de la creación literaria y el primero aquel en el que esta se enmarca.
Solo encontramos tres momentos en que los personajes de un ámbito entran en contacto con los del otro: Germán-Claudio, Germán-padres de Rafa y, al final, de manera inesperada, Claudio-Juana, que sirve para cerrar el final de la historia.
La narración de Claudio sobre la familia Artola en parte es narrada por él mismo y en parte se reproduce  mediante los diálogos de los personajes.

4. TIEMPO DRAMÁTICO

El tiempo argumentado en términos absolutos no está delimitado, la obra se inicia durante la segunda semana del curso escolar pero aunque acaba durante este, no sabemos si es a mitad o hacia el final, no hay ninguna referencia temporal que nos lo indique.
El desarrollo de la trama se produce de manera cronológica y está condensada, pero como hemos comentado, esta obra es continua y los avances en el tiempo no se nos indican de forma específica, sino a través de los diálogos que se van sucediendo, de la narración secundaria que avanza en hechos y las acotaciones. Únicamente, hacia el final, aparecen un par de referencias en boca de Germán que nos hablan de días que pasan. El resultado final le confiere al conjunto un ritmo muy atractivo.
Aunque la distancia temporal del drama es cero, tiene cierto aire ucrónico que permitiría leerla en cualquier otro tiempo.


5. ESPACIO DRAMÁTICO

No solo se entremezcla la acción dramática narrada y la real, sino que esta última también se entremezcla en todas sus variantes. Así, lógicamente, los espacios también lo hacen.
Podríamos hablar de tres espacios patentes, la casa de Germán y Juana, la escuela y la casa de los Artola, pero hay un cuarto espacio, el parque, ausente la mayor parte del drama y que se hace patente al final de este; el parque es desde donde Claudio observa a la familia, donde le nace la inquietud de querer entrar en la casa y observarlo todo desde dentro y es también donde se produce el desenlace final, confiriéndole así una estructura circular.
De las casas, Claudio, a través de sus relatos, nos hace una detallada descripción que pretende ser reflejo de la personalidad de quienes las ocupan. Por ejemplo, para él la familia Artola es superficial por lo que al describir su casa nos dice “Ellos no saben lo que tienen en casa. Los compraron para esta pared. Cuando cambien el color de la pared, cambiarán los cuadros.” o “En la biblioteca del salón tienen libros realmente buenos, ordenados por tamaños (…) En las mesillas, los libros que realmente leen. Ella: ‘La fórmula de la felicidad. Aprende a ser tu mejor amiga’. Él: ‘¿Quién se ha llevado mi queso?’”. La casa de Germán y Juana, por el contrario, refleja la profesión de estos y Claudio, en su descripción aprovecha para contraponer ambas familias “Huele a libro, hay libros por todas partes (…) Ella me ayuda a colocarlos, no es fácil, están ordenados por épocas”.

6. LOS PERSONAJES

Ordenados jerárquicamente por importancia nos encontramos:
Claudio García es un chico de 17 años, inteligente, solitario, manipulador y maquiavélico; de clase social baja, es hijo de una familia desestructurada, su madre le abandonó de pequeño y su padre está enfermo. En clase, se sienta en la última fila, desde donde se puede observar sin ser visto; no habla, no participa, no crea problemas, no destaca. Germán, piensa que está cabreado con el mundo, que es un tío raro, un tío como Dios manda. Rafa Padre opina que es prudente y tímido.
Germán, es un hombre maduro y culto, desengañado con su profesión. Al igual que a Claudio, le gusta más observar a los demás que interactuar con ellos. De él dice Rafa Hijo, a través de la narración de Claudio, que es amargado y raro. Piensa que la peor literatura se hace en los catálogos de arte contemporáneo porque están llenos de palabrería tópica y vacía de contenido. Sólo le interesa la literatura realista, vinculada a la realidad. Socialmente desprecia a la clase media porque es banal y estúpida (familia Artola). Éticamente es una persona contradictoria porque no le importa que Claudio husmee en la vida de los Artola, pero cuando se da cuenta de que el verdadero objetivo de Claudio era su esposa y su propia vida se enfurece. Está obsesionado por la relación entre la literatura y la escritura y la vida.
Juana es el álter ego de Germán, la voz de su conciencia. Mujer ética, piensa que la literatura no enseña nada, que el arte en general no enseña nada. Preocupada por perder su trabajo porque realmente cree en él y le gusta. Su visión del arte es totalmente distinta de la de Germán, no es utilitarista, el arte es arte puramente , debe impresionar, buscar la belleza, no tiene que influir ni cambiar la realidad.
La familia Artola, de carácter mucho más simple que los anteriores, está compuesta por Rafa Artola Hijo, Rafa Artola Padre y Ester, la madre. Pertenecen a la clase media, para Claudio son lo contrario a su familia, son normales. A ellos los conocemos a través del relato, y por tanto, a través de la mirada irónica de Claudio que nos los presenta como superficiales y absurdos. De Rafa Padre sabemos que le gusta el baloncesto, verlo y practicarlo, que está harto de la empresa donde trabaja y quiere montar su propio negocio, y que tiene una vena violenta, ya que quema el coche de su jefe. De la madre que es aburrida y su única distracción son las revistas de decoración y la posibilidad de reformar su casa. De Rafa Hijo, compañero de clase de Claudio, sabemos poco, no nos lo muestra apenas porque no le interesa, pero hacia el final nos hace descubrir en él cierta furia que lo acerca a la personalidad de su padre.
Eliana, y Luba son las criadas de la casa de los Artola, personajes prescindibles su existencia lo único que hace es reforzar la imagen que de Ester nos hemos hecho.
Por último, hay una serie de personajes ausentes:
Bruno, que acaba de fallecer, era el dueño de la galería de arte donde trabaja Juana. Sus herederas son sus hijas, las mellizas, que en opinión de Juana, son retrógradas, provincianas y palurdas. Sin embargo, a Germán le parecen inteligentes pues saben, al igual que él, que el arte contemporáneo no vale nada.
Marta es la hija de la familia Artola, está viviendo en Irlanda y parece que no mantiene relación con la familia, las muñecas de su habitación están mutiladas, lo que confirma esa violencia solapada de la familia. Los compañeros de trabajo de Rafa Padre también son nombrados, al igual que un proveedor chino del que se hace cargo durante una visita, su relación con ellos es la que le lleva a querer independizarse laboralmente.







1 comentario:

  1. Muy buena publicación y muy buen blog. Soy un antiguo alumno tuyo y sigues explicando igual de bien :)

    ResponderEliminar